¿Un organismo internacional semidesconocido, tal vez? ¿Una nueva tendencia en Instagram o TikTok? ¿Quizá sea un nuevo planeta descubierto por algún telescopio de la NASA? ¿Quizá sea el Centro de Medicina Subvencionada, una especie de alternativa a la Seguridad Social?
Pues no, y es mucho más fácil que todo eso.
Para empezar, un CMS es un Content Management System, un sistema de gestión de contenidos, en español, que no es más que un software, normalmente ejecutable a través de internet, que sirve para crear páginas web.
¿Páginas Web? ¿CMS? Pero ¿no era mucho más fácil? Si el Word te deja exportar una web en HTML, ¿para qué tanta complicación?
Esa sería una duda razonable para mucha gente. Es cierto que cualquiera, con un simple procesador de textos, puede hacer una página web, pero no es menos cierto que las posibilidades son mínimas, se trata de webs planas, que no se actualizan, que funcionan peor en cuanto a SEO en los buscadores… no es lo recomendable, por lo tanto.
La diferencia de trabajar con un CMS para gestionar un sitio web es que emplea bases de datos para almacenar toda la información que se le vaya introduciendo a partir de una interfaz gráfica que suele ser muy amigable. El gran logro, el indudable avance de los CMS con respecto al HTML puro y duro es que cualquiera con conocimientos ofimáticos mínimos puede introducir contenido en una web sin morir en el intento.
Aunque en sus orígenes los CMS se asociaron con las páginas web más avanzadas, con un enfoque empresarial, pronto se popularizaron porque permiten actualizar todo tipo de contenidos: blogs, medios de comunicación, páginas corporativas, webs de enseñanza online, foros, tiendas de e-commerce, etc.
Sus pros son indudables: a mayor volumen de información gestionado, más imprescindibles son. Como recogíamos antes, son sencillos de utilizar, porque cada vez los CMS de código abierto son más populares y cuentan con el apoyo de desarrolladores que, a título propio, comparten sus avances con el resto de la comunidad, lo que redunda en que muchos se hayan comprometido a hacerlos más accesibles y que sean fáciles de dar de alta y mantener.
Además, son totalmente escalables, se adaptan a las necesidades de los clientes y, por norma general, los más conocidos son válidos para el 99 % de los proyectos web. Obviamente, al estar pensados para albergar contenido, han evolucionado hasta convertirse en los principales suministradores a los motores de búsqueda como Google, que trabaja con ellos muy bien.
Entre los contras, debemos citar que su puesta en marcha exige ciertos conocimientos técnicos, también para su mantenimiento y actualización, y que si fallan exigen que alguien experimentado se haga cargo de la reparación, porque a veces implica su solución que se revise el código fuente, y eso es algo solo al alcance de alguien con conocimientos de programación.
Son varios los CMS que se utilizan de manera mayoritaria en todo el mundo, muchos de los cuales, de código abierto y uso gratuito, algo que ha facilitado que se hayan creado grandes comunidades en su entorno que ayudan con los problemas y desarrollan nuevas funciones que hacen que cada vez sean más fiables. Entre ellos, podemos citar a los más populares para la gestión de contenidos, que son WordPress, Drupal y Joomla, y los específicos para las tiendas de comercio electrónico, que permiten la gestión de productos para su venta y envío, tales como Magento, PrestaShop y Shopify, entre otros.
Si detecta que, para su negocio o a nivel personal, el volumen de contenido o de productos que debe gestionar sobrepasa el que puede controlar con una página web plana en HTML, le conviene confiar en un CMS. En este sentido, lo mejor es que le podamos asesorar sobre cuál es la plataforma que le conviene en función de su negocio, y sobre todo, que le desarrollemos y le gestionemos el día a día de ese CMS, para que usted solo se preocupe por su negocio, sin complicaciones técnicas. Confíe en Soyasí y triunfe en internet.